II Festival Internacional

Año 2002

«Visto y oído. Para prevenir que las huellas de los humano eventos sean borrados por el tiempo o el arrastrón de la desidia».

Herodoto vertido del griego por el filósofo nasqueño Toribio Sastre y repetido luego en Coyungo por el decimista Avelino Chacaltana, en los paliques vespertinos que tenían lugar en el tambo…
Gregorio Martinez, Biblia de Guarango (cita libérrima)

Por eso contamos y porque no podemos evitarlo, ni queremos. Quienes narran historias saben que el olvido no existe porque no lo dejamos existir. Si a alguien se le pierde la memoria nos ofrecemos a guardarla, y luego la soltamos, para hacer que ocurra. Así la cadena no se rompe. Aunque se rompa la vida, el tiempo nos juegue malas pasadas y los ojos se nieguen a mirar, siempre nos quedará la palabra.

Para no olvidar quienes somos nos contamos los sueños y la vida, las pesadillas y la alegría. Por necesidad, por instinto de libertad, por pasión y por placer.

Este año presentamos el II Festival Internacional de narración oral que ahora, como una novia entusiasmada, tiene algo nuevo: nombre propio; algo viejo: la narración de cuentos de toda la vida; algo azul: el cielo rebelde de la primavera; algo prestado: la frase inolvidable de una canción. Y más cosas: un espacio que para muchos será una sorpresa para encontrarnos con tradiciones del Perú de muchísimos años; la Muestra de Narradores peruanos, la participación de invitados de otros países y sus otras historias: Colombia, España, México, Costa Rica, Francia…; funciones, talleres, exposiciones, reflexiones…Y por supuesto nuestro Narratón, otra vez para el espacio para el que todo el que quiera pueda contar una historia: la fiesta de la palabra que esta vez se muda al parque Reducto de Miraflores.
Estamos listos pues, vengan con nosotros a escuchar y contar. Lima se viste de palabras de bocas y de oídos que no paran de guardar las palabras: diciéndolas. Y por eso decimos: Déjame que te cuente…

Marissa Amado Vargas